¿Qué hacen los
cinco mayores directores de Hollywood de los años 40 vistiendo el uniforme
militar en los más cruentos escenarios de la Segunda Guerra Mundial? John Ford,
John Huston, Frank Capra, William Wyler y George Stevens se alistaron para
combatir empuñando las armas que mejor sabían usar, la imagen y la palabra, y
así convencer a la aislacionista sociedad americana de la necesidad de que la
mayor potencia mundial se inmiscuyese en esa lucha contra los totalitarismos
alemán, italiano y japonés.
La
recomendación de El Estante Combado para este finde se puede ver en la tele -en
#Netflix- y se puede leer… si se te da bien el inglés porque infelizmente, que
yo sepa, ninguna editorial se ha atrevido aún a facilitársela al lector
hispanohablante. Basada en el libro del periodista americano Mark Harris, la
serie dirigida por Laurent Bouzereau (colaborador habitual de Spielberg para la
producción de material extra y makig off de sus películas) pone ante las
cámaras a otros cinco grandes realizadores para analizar el papel que aquellos
gigantes del celuloide jugaron durante la contienda y en el futuro de la
profesión. El propio Steven Spielberg (del que ya conocemos su pasión por la
temática bélica y más específicamente de los años 40), junto con Laurence
Kasdan (mano derecha del anterior como guionista en grandes sagas como Indiana
Jones o Star Wars), Francis Ford Coppola (que bebió de aquellos documentales
para elevar el realismo de Apocalipse Now), Paul Greengrass y Guillermo del
Toro hablan de la influencia que ejercieron sobre ellos Ford, Huston, Capra,
Wyler y Stevens como grandes directores no sólo de cine, si no también de documentales.
En
el libro se desgrana la historia de lo que fue un desencuentro inicial (pocos querían
mojarse en lo que para la mayoría era un conflicto interno entre europeos),
hasta que el ataque japonés a la base americana de Pearl Harbour y la inmediata
declaración de guerra de Alemania e Italia, como aliados de los nipones, dio la
razón a los pocos que, como John Ford o el mismísimo presidente Roosevelt,
abogaban por una intervención efectiva de la –potencial- mayor potencia mundial
para frenar el auge de los regímenes totalitarios que amenazaban entre otras
cosas, las libertades democráticas de las que Estados Unidos era el gran
escaparate.
Tomando
ejemplo de las grandiosas producciones propagandísticas fomentadas por el
enemigo (como las brillantes películas enaltecedoras del régimen nazi creadas por
Leni Rienffenstahl), Hollywood se puso inmediatamente al servicio de la causa
común americana. El material producido por los cinco grandes realizadores de
los que habla el libro de Harris no sólo sirvió para convencer a la sociedad americana
de su papel libertador en esta guerra y fomentar el alistamiento masivo, si no
que su repercusión llegaría a ser fundamental para el desenlace del conflicto,
como ocurre con las horas y horas de material filmado por George Stevens en el
campo de concentración de Dachau, fue la prueba definitiva para condenar a la
cúpula nazi por sus crímenes contra la humanidad.
Así
que id desempolvando (quien lo tenga en desuso) vuestro inglés, o poneos
cómodos frente a la pantalla, porque ya sea en papel o en vídeo, Five Came Back
no os va a dejar fríos.
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