martes, 29 de diciembre de 2015

Balance de un año bastante 'imperial'


Porque no hay final de año sin lista de lo hecho o por hacer, un lo mejor del año, un "mis cinco", "mis diez"... Pues allá va mi recuento particular. 

Lectoramente -¿existe eso?- 2015 por lo menos ha sido un año excelente. En números, han sido un total de 13 -voz nasal de azafata del 1, 2, 3 y, por lo supersticioso del número, respuesta en off a lo Chanante: "¡Virgen santa!"- los títulos leídos, siguiendo aquel viejo compromiso que desde tiempos del colegio recomendaba acabar por lo menos uno por mes. Ahora, para quedar un poco mejor, aunque nunca tanto como mis amigos Renata y Carlos, que contabilizan casi uno por semana, baste señalar que de esos 13 títulos, uno lo dejé leeeejos de acabar.


Los Episodios Nacionales de la editorial Urbión, parte
del patrimonio familiar desde que tengo uso de razón.
¿Y que por qué eso me hace quedar mejor? Fácil: porque ese título son los Episodios Nacionales, de los que, entre abril y agosto, devoré los libros referentes a los episodios de Trafalgar, la Corte de Carlos IV, el 2 de Mayo, la batalla de Bailén, Napoleón en Madrid, el asedio de Zaragoza, el de Gerona y la invención de La Pepa. Al resto los acantoné junto al Empecinado en la sierra, a la espera de una futura retomada. Mención especial a mi flamante Kindle que me ayudó a condensar y transportar todo ese conocimiento, y algunas notas personales en un tamaño mínimo. 

Paradójicamente, fue un año en que me dio mucho por el trasfondo histórico, con especial hincapié en las monarquías, los imperios... Incluído el Imperio más famoso en estos días, que de historico no tendría nada salvo la posibilidad de que esté sucediendo realmente en alguna Galaxia muy muy lejana. Pues sí, señores. La fiebre del Resurgir de la Fuerza me hizo ser merecedor, por mi cumpleaños, de una elegante reedición de la Trilogía Primigenia de Star Wars. Sigo sin haber visto ni una de las películas en el cine, pero ahí estoy, criando una futura friki que ya me ha hecho prometerle que el libro será suyo en cuanto aprenda a leer. ¡Promesas que da gusto cumplir!

Haciendo una clasificación históricamente hablando -galaxias ajenas aparte-, en 2015 toqué la corona de los siguientes monarcas: 



      * Alejandro Magno, en un ensayo de Pierre Briant de la colección de bolsillo L&PM sobre la fulgurante carrera y fuerte personalidad del rey macedonio.



      * Trajano, en Circo Máximo, segunda entrega de la brillante trilogía de Santiago Posteguillo sobre el emperador hispano.



      * Sancho de Castilla y Fernando de León, hijos del emperador Alfonso VII, en ese estupendo 'Juego de Tronos a la palentina' ideado por Peridis en Esperando al Rey



      * Luis XI. EEl Jorobado de Notre Dame, el rey galo, tío de nuestro más conocido Francisco I, también tiene su papel en el porvenir de la zarandeada Esmeralda.

      * Napoleón Bonaparte, en los ya mencionados Episodios Nacionales, aunque no sea directamente, a fe que su participación fue fundamental para el desarrollo de los hechos.



      * Pedro I. Sobre el emperador brasileño tengo dos reseñas este año: 1822, el segundo libro de la serie histórica de Laurentino Gómes sobre los tres años decisivos de la formación de este país; y la novela biográfica de Javier Moro El Imperio eres tú



      * Carlos III. Otro que pasa fugazmente por la trama del libro, si bien también juega un papel necesario para que los Hombres Buenos de Pérez Reverte lleven a cabo su ilustrada misión.



Aparte de esos, podría referirme al aspirante a emperador Artur Mas, en el sarcástico y bien documentado estudio sobre Las cuentas y los cuentos de la independencia de Cataluña, del ex ministro Borrel y el economista Joan Llorach... Pero no le voy a dar tanta importancia a ese personaje. Punto.


Y por poner puntos, voy resolviendo esta relación con dos reyes del misterio... a su manera. El primero es Edgar Allan Poe, de quien reverdecí viejos recuerdos de infancia (cuando conocí su obra a través de las películas de Vincent Price) gracias a la recopilación Assassinatos na Rua Morgue e outros contos. El otro autor al que debo homenaje en este apartado es Francisco García Pavón, cuyo personaje principal, el jefe de policía Plinio, tan conocido por la generación anterior, casi había pasado desapercibido para la nuestra. Casi. 



Para finalizar este viaje por mi año literario, una última mención al cicloperiodista Alexandre Costa Nascimento junto a quien recorrí, a lo largo de las páginas de su Mais que um leão por dia, el continente africano a golpe de pedal hasta la Ciudad del Cabo.

Ahora sí, acabo. Feliz Año Nuevo lleno de buenos momentos, sean delante de un buen libro, viendo una gran película o riendo con la gente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la cosecha! Ni que decir tiene que coincidimos en algunos "leídos" de 2015. El del las cuentas de la lechera de Artur Mas cayó en mis manos, todavía no sé muy bien cómo, mientras deambulaba por los pasillos de Mayor 16 esperando a comerme las uvas. Feliz año, y que el próximo sean 14! (para un pater familias brasileño considero que es una verdadera hazaña).

elestantecombado dijo...

Muchas gracias, Fernando! A ver si este año seguimos coincidiendo. Mientras tanto, te invito a participar en la encuesta que se está montando por ahí, sólo para dejar constancia.
http://goo.gl/forms/Mpw4a6o5m5