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"...En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba..." (Kikelin Caricaturas) |
Ya algunos años antes El Chivo, en sus clases de Lengua y Literatura de 5° de EGB, nos había tocado el corazón con su estentórea declamación del Niño Yuntero. Y cuando me hice padre me convertí en prisionero de mis sentimientos, emocionado cada vez que imaginaba las lágrimas del reo al pensar en la leche con dis-gusto de cebolla, ordeñada por un hijo que duró en la tierra lo justo para reencontrar a su padre en el cielo O donde fuera.
A Miguel Hernández, a pocos pasos de ésta que también fue su cárcel, dedico hoy mi agradecimiento por su fulgurante carrera y ese gran legado que tanto nos enseña del corazón humano.
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