
Infelizmente, si eres persona pública tienes unas formas que guardar. Debes ser un ejemplo para la sociedad, un modelo a seguir, según las normas clásicas, un dirigente (del verbo dirigir, conducir, guiar, enderezar). Pero claro, hoy en día se estila más aquello de ser del pueblo y para el pueblo, así que en vez de intentar 'elevar las virtudes' colectivas, los políticos se dedican a ser parte del colectivo, por lo que las virtudes, sin nadie que tire de ellas para afuera, ahí van quedándose a la altura del betún. No pido ‘solones’ de Atenas, ‘sénecas’ o ‘cicerones’, pero sí algún nuevo ‘adolfosuárez’ o ‘julioanguita’, pido políticos que sepan a lo que vienen y lo que tienen entre manos. Representar a la voluntad popular es una cosa seria, aunque no lo parezca.
Lo del caso del ahora concejal ése y sus chistes de mal gusto, pues no deja de ser otro caso más de hipocresía general y del peligroso avance de las redes sociales. Lo que digo: Soltar un chiste entre amigos, en cualquier encuentro más allá de grupos de WhatsApp y seguidores de Twitter y Facebook es y siempre será (al menos en nuestra generación actual), motivo de popularidad y carcajada asegurada. Ahora, cuidado con querer ser el graciosillo de la cuadrilla a nivel global porque Google no te olvida y en el futuro, quién sabe si no acaba pasándote factura tu humor ibérico. Y para acabar en plan cultureta, recuerda: “Verba volant. Scripta manent”.