sábado, 24 de septiembre de 2022

El descojonamiento de Kamen

Me imagino a Henry Kamen descojonado -perdón por la grosería- en su sillón leyendo las entrevistas que le hacen en tal o cual periódico, destacando una cara u otra de su personaje según le convenga a la tendencia del medio. Pero vamos, que me lo imagino así porque hasta el momento no lo tengo, como se suele decir, 'fichado'. Y ya se sabe que en esta tierra si no llevas la etiqueta de unos u otros, o eres un verso suelto o un desconocido.

Y en mi caso, no conocía ni la obra ni la idea de este escritor, pero después de empujarme durante casi un mes su ¿Defendiendo? España, he podido trazar un perfil que, corríjanme si me equivoco los que hayan leído más de él o sobre él, dibuja a un tipo controvertido, sarcástico, bufo, ¡burlón! Y tú que lees estas palabras dirás: ¡vaya! Otro españolito de pulserita y polito rojigualda mosqueado porque le han venido de fuera a cantarle las verdades del barquero". 

Hasta la página 300 o así te tiras mirando a ver si era cierto eso del título de que es para "defender España". Que no es que sea un patriota nacionalista, pero vamos, que con la excusa de "la gente de fuera que defendió España", al final parece que
     1.- Los peninsulares dependíamos de los transpirenaicos para todo;
     2.- España es Castilla y lo demás tierras subyugadas;
     y 3.- la leyenda negra no existió aunque en el libro no haga más que tirar -también- de fuentes aceptadas como propaganda antiespañola, vulgo 'leyenda negra'.

Insisto y perjuro que hasta la mitad del libro de vez en cuando volvía a leer la portada, porque no terminaba de cuadrarme. Y ahora que lo estoy acabando ya paso. Me he venido a documentarme un poco más y claro, internet también dice cosas. Sobre la presentación del libro han aparecido varias entrevistas por aquí y por allá. Leo los titulares y ya me dan una idea. Los de unos periódicos hablando de una visión crítica pero veraz. Los de otros de una alianza misericordiosa con los abatidos españoles, oprimidos por las mentiras oficiales propias y la presión de los rivales -que no enemigos- externos durante siglos.

"un completo ejercicio de hispanofilia", leo por un lado; 

¿Defendiendo? De qué, de quiénes... ¿De nosotros mismos? A lo mejor la siguiente frase nos da una idea:

           «Disculparía a los españoles como culpables

           de este victimismo y culparía más bien a grupos

           intelectuales, una minoría, que ha deformado la

           manera de ser y de estudiar la historia del país».

Leyendo esto ahora después de tragarme su libro veo su doble filo. ¡Qué tío! Que no, que no está hablando bien de los españoles y mal de una minoría manipuladora. Que lo que está diciendo es que somos un rebaño controlado por cuatro gatos -la minoría de intelectuales- que nos han dicho lo que tenemos que pensar y opinar. ¡Es brillante! Y nos lo hemos tragado y lo hemos alabado como hispanista amigo. Lo dicho. El tipo está despollado en su sillón con una brandy de Jerez en una mano y un puro cubano dando aroma en la otra, escuchando algún reguetón con los ojos cerrados mientras balancea su cabeza de un lado a otro, con una sonrisa de complaciente satisfacción asomando al extremo sur de su redondeada faz mientras escucha las noticias que genera día a día su querida Europa Sur.

"¡Qué bien nos salió la jugada!" pensará mientras levanta la copa en honor a Drake, Nelson, las isabeles albionas y los vencedores en despachos e imprentas de la rebautizada Armada Invencible...

Pero también a lo mejor me he equivocado y el tipo realmente defiende España de tipos como yo. Por si acaso ahí te lo dejo para que lo veas por tu cuenta y luego me lo cuentas.


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