viernes, 5 de mayo de 2017

Y que la fuerza os acompañe hoy también

Como cada santo tiene su novena... Yo hago mi aportación friki hoy en vez de ayer. Porque sí. Y a quien no sepa a qué me estoy refiriendo, que sepa que su índice de normalidad es hasta un poco preocupante, porque hay que ver la brasa que damos, cada vez más, con celebraciones y conmemoraciones absurdas. Imaginen ustedes que en tiempos de nuestro señor el buen rey don Felipe IV se les ocurre consagrar yo que sé, el 16 de mayo o el 10 de abril, por ejemplo, de cada año, a la memoria y mayor gloria de Don Quijote de la Mancha¿Y por qué esas fechas? Pues porque alguien que andaba medio estreñido intentando concentrarse en algo que no fuese su apretón retenido, llegó a la conclusión de que el más ilustre personaje de las letras patrias necesitaba -merecía- tener su propia onomástica. Y como San Alonso quedaba medio vulgar, y San Quijote medio blasfemo, pues anduvo rebuscando hasta que se le ocurrió despiezar el año de la primera edición de la obra maestra de Cervantes (1605 > 16 05 > 16-05) y, como plan B, coger la letra inicial del apellido del autor, la C, traducirla en número romano y volcar la cifra sobre el calendario gregoriano (con licencia en los años bisiestos) para ver dónde caía.





Pues hala, así mismo pudo haber nacido el 4 de mayo como Día Mundial de la Mayor Saga de Cine de Ciencia Ficción de Todos los Tiempos. Uséase: El Star Wars Day. 


   
Y mi aportación no esa otra que una fricada monumental para papás -y mamás- que aspiran
atraer a sus hijos al lado oscuro: Los libros de Jeffrey Brown. Dicho ésto, me explico: El tal Brown no es más que otro niño criado a la sombra de la Trilogía de George Lucas que, imagino, en clase se dedicaba a hacer dibujitos en vez de prestar atención al maestro. La imaginación fue volando al mismo tiempo que su capacidad de plasmarla en el papel y acabó buscándose la vida a través de su hobby. ¡Y bingo!: Un día de comienzos de esta década consiguió juntarlo todo en uno con el objetivo final: Hacerse rico y famoso (por lo menos lo segundo, fijo) vendiendo historietas.

Mezcló su paternidad con su talento pictórico, su fanatismo jedi y su humor para recrear en lenguaje jedi el cotidiano de ser papá y le salió una nueva saga en forma de libritos que ya se han traducido y repartido por media galaxia. El famoso efecto viral, vamos. Y como me siento reconocido en la obra estelar de Brown, como fan de la saga cinematográfica primigenia, como padre de dos pequeñas princesitas (una de las cuales se pasó más de un año pidiendo todas las noches que le leyera o bien el libro del Quijote o bien el de la Trilogía -IV, V y VI-), y como aficionado a la lectura, el que aquí suscribe no podría dejar pasar estas fechas sin recomendar las historietas de Papá Vader, el más molón de los Sith. 

¡Que la lectura os acompañe!


Sustituyo el ewok por un conejo gris llamado Suso.
Grandes verdades, una esperanza.
No me vendría mal un poco de poder levitacional.
Así solemos acabar bastantes noches.