lunes, 15 de junio de 2015

Una de Chistes

No hay ninguna descripción de la foto disponible.Los españoles somos así de burros. Nos partimos la caja contando chistes a cada cual más bruto, pero luego cuando vemos por escrito lo que estamos acostumbrados a escuchar (y decir) en cualquier parte, se nos sube la indignación a niveles estratosféricos. Porque no me negaréis que la base de los chistes clásicos más exitosos de nuestro repertorio nacional son los contenidos escatológicos, sexistas (mención especial para los chistes de gays), racistas-regionalistas (incluyendo los de leperos, aunque en franco declive, y los de "van un alemán, un inglés, un francés/un moro, un judío, un cristiano/un catalán, un madrileño, un andaluz y Patxi...") y los de víctimas de ETA. Sí, esos mismos. Por lo menos yo me crié escuchando en mi entorno (colegio, calle, bar, ultramarinos) los de Ortega Lara y la planta que crece bajo tierra, las formas de dormir de Irene Villa y su madre, los altos vuelos de Carrero o el miedo del etarra que acompañaba a Miguel Ángel Blanco porque tendría que volver solo en medio de la noche. Y son chistes que contaban a diestra y siniestra, señoritos, obreros, diputados, anarquistas, tenderos, escolares... Y repito, con esos nos hemos partido la caja todos o casi todos, por muy de mal gusto que fuesen. 


Infelizmente, si eres persona pública tienes unas formas que guardar. Debes ser un ejemplo para la sociedad, un modelo a seguir, según las normas clásicas, un dirigente (del verbo dirigir, conducir, guiar, enderezar). Pero claro, hoy en día se estila más aquello de ser del pueblo y para el pueblo, así que en vez de intentar 'elevar las virtudes' colectivas, los políticos se dedican a ser parte del colectivo, por lo que las virtudes, sin nadie que tire de ellas para afuera, ahí van quedándose a la altura del betún. No pido ‘solones’ de Atenas, ‘sénecas’ o ‘cicerones’, pero sí algún nuevo ‘adolfosuárez’ o ‘julioanguita’, pido políticos que sepan a lo que vienen y lo que tienen entre manos. Representar a la voluntad popular es una cosa seria, aunque no lo parezca.

Lo del caso del ahora concejal ése y sus chistes de mal gusto, pues no deja de ser otro caso más de hipocresía general y del peligroso avance de las redes sociales. Lo que digo: Soltar un chiste entre amigos, en cualquier encuentro más allá de grupos de WhatsApp y seguidores de Twitter y Facebook es y siempre será (al menos en nuestra generación actual), motivo de popularidad y carcajada asegurada. Ahora, cuidado con querer ser el graciosillo de la cuadrilla a nivel global porque Google no te olvida y en el futuro, quién sabe si no acaba pasándote factura tu humor ibérico. Y para acabar en plan cultureta, recuerda: “Verba volant. Scripta manent”.