domingo, 18 de octubre de 2020

Sarmiento. Vino, vida y misterio para disfrutar una tarde de otoño

Después de meses de espera, 'Sarmiento' ya
se puede encontrar en las librerías. Como en la
palentina Librería Iglesias.

Tal vez quedaría más apropiado comenzar diciendo que mientras degusto algún conocido rótulo de la Ribera del Duero, afronto el teclado esta madrugada para hablar de un buen libro, para animaros a paladear estas páginas que son como un trago de tinto joven, audaz, con aromas del norte... Pero no. Tengo una taza donde humea un café recalentado con miel, porque si no, me da sueño y no avanzo más, que ya refresca y hay más cosas que hacer. 


Así que allá voy, con las páginas aún calientes (algo menos que el café) y las ideas borboteando en la cabeza. 

Si dijera que Sarmiento tiene un poco de Falcon Crest a lo mejor me acaban acusando de aguafiestas. Otros lo anglificarán con un manido 'spoiler', pero es que es así: una historia con título enológico puede acabar desembocando en estos asuntos. Y hasta ahí puedo contar. ¿será que he hablado de más?

Bueno, vamos a entrar en materia. Si tuviese un poco más de labia seguiría hablando del primer golpe de sabor en boca, misterioso, impredecible, para luego asentarse en el paladar, dejar matices de roble francés y chopo burgalés (sí, sí, los puristas pueden mirarme mal), con aromas de galerna rizando las cumbres alavesas. ¿Qué más? Al final se descubre como un libro audaz, ni mucho menos predecible aunque se desarrolla satisfactoriamente sin sobresaltos. Va fluyendo hacia un desenlace... bueno, eso os lo dejo a vosotros.

¿Para qué un postureo con un vino
si siempre hay café a mano.

Es la historia de un escritor vallisoletano -salve al maestro Delibes- de novela negra y vida decadente. Hasta ahí podríamos decir que uno más. Pero, en medio de una vida realista -"troppo vero", que diría su incómoda Santidad- en escenarios casi conocidos, tiene un poso de saboreador de vinos y tapas que engancha. Tanto que hacía meses que no me cepillaba un libro, ni corto ni largo, en dos sentadas-. Esa vida tiene que dar un giro y lo hace cuando una serie de misteriosos mensajes empiezan a llegarle con frases de sus primeras novelas. ¿La historia de un autor implicado en la que sería su propia trama? Puede ser. Habrá que llegar al final de la copa para descubrir que el vino satisface sin subírsele a uno a la cabeza. 

Ahí, ahí, haciendo sombra a Pérez Reverte... 

Del autor (uno de ellos) ya hemos hablado por aquí mismo. Un día nos tiene que contar cómo es eso de escribir en tándem. Ahí lo dejamos. ¿Qué os parece? Y otras preguntas, qué duda cabe. Lo cierto es que del segundo libro al tercero se sigue viendo esa evolución. De lo bueno a lo mejor. Y no es por hacer la pelota a un amigo (en este caso a dos), porque otras veces hemos escrito no por compromiso, pero casi, y si hay que decir las cosas como son, se dicen y punto. Como lo de que la editorial se deje algunas correcciones en el aire. Pero de ese pecado, hoy en día, ni los de Planeta se libran. En fin, seguimos con la cruzada.

Sólo una cosa más: Si te gusta leer, comer, beber y amar (y no, nada de best sellers amirricanos), aquí tienes una opción más que válida. 

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